sábado, 16 de julio de 2011

ERE anunciado en Urende


La cadena de electrodomésticos e informática Urende, con 23 tiendas y 760 trabajadores en toda España, ha anunciado a los representantes sindicales que tiene previsto presentar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en el marco del plan de viabilidad que ejecutará tras acogerse al 'preconcurso' de acreedores el pasado mes de junio.
De momento, representantes sindicales afirman que la empresa no ha facilitado ningún tipo de información sobre “el supuesto plan de viabilidad”, algo que está provocando incertidumbre en las distintas plantillas.
El problema de pago de los salarios se espera que sea continuo a partir de ahora, “seguro que habrá problemas con la paga extra, que no se pagará al final”.
La situación, en muchos casos “agónica”, con gente “que está sufriendo penalizaciones en las hipotecas, porque los sueldos no son elevados y la gente tiene que vivir al día, sin capacidad de ahorro”.
La situación que atraviesa ahora Urende choca con el hecho de que la Junta de Andalucía le inyectase 12 millones de euros en febrero de 2010 a una de las mayores cadenas de distribución de electrodomésticos e informática de España y filial de Grupo Sánchez-Ramade, la segunda compañía de esta comunidad autónoma por tamaño, sólo por detrás de Abengoa, con una facturación de 1.400 millones.
Una ayuda que el Gobierno socialista de José Antonio Griñán concedió a través de un crédito por valor de doce millones de euros, a un interés del 3,45% reembolsable en diez meses. Esta cantidad salió del fondo europeo Jeremie. Unos incentivos enfocados para otro tipo de empresas, concretamente pymes y micropymes.
Urende pertenece al Grupo Sánchez-Ramade, presente en algunos de los sectores más castigados por la crisis como construcción residencial (Noriega); automoción; cines (Cinesur); e informática (Diasoft y Diasa). También es accionista de la financiera SRS, que comparte al 50% con Santander y en 2007 invirtió 625 millones de euros en Iberdrola, Realia, BBVA, Santander y Sabadell.
Todo esto ha desembocado en que “se hayan paralizado las cuentas de la empresa, que no se dé garantía de cobro a los proveedores, por lo que disminuye la mercancía, y con ello la oferta y la competitividad, y así le siguen la caída de los ingresos, de la inversión publicitaria y del público”. Una gestión “pésima”, en definitiva.

Vía.andaluciainformacion.

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